Es muy personal, quizás demasiado, pero confiando con la fiel y permanente benevolencia de mis lectores, de forma muy abreviada y casi críptica, lo voy a desciribir: Ayer no se muy bien como, y en esos momentos inutiles, en los que se termina de desayunar y se friegan los cuatro palatos del desayuno, creo que SM. y yo, tuvimos una de las mas importantes, trancendetanles y clarificadoras conversaciones, e intercambios de posiciones, ideas y puntos de vista, naturalmente sobre nuetras vidas, al borde de los 82 y de los 85, como nunca en nuestros 55 años de matrimonio y en nuestras 8 ciudades, imporatntes de residedncia, Madrid, Nueva York, Madrid, Roma, Lima (Peru), Madrid, Australia y Nueva zelanda (mas la Melaniesia: Fiiji, Reino de Tonga, Papua Nueva Guinea, Islas Salomón) Canadá, Dinamarca, Lituania y Madrid, como diplomáticos ¡¡¡ los dos !!! y como jnubilados desde hace 15 años ¡¡que ya es decir!!!
Fue una conversación cais banal y enromemente profunda, muy breve, pero que va a permanecer en todo el resto de vida, sea 1 o 15 años y de la que he aprendido tres cosas:
1º.- El valor in-nato, in-conmensurable y a veces in-audito caracter, valor y forma de expresarse, de mi SM. a lo largo de toda mi vida, desde que la conocí y lo digo en la contraportada de mi pen-ultimo libro "
Encuentrso enla Tercera fase".
2º.- El hecho de que cada cual ha llegado a los 80' de un modo distinto, por caminos diversoas, pero siempre uno junto a la otro, permanentemente unidos, y sin descalabros manifestamente vivos en nuestras vidas, quiero decir que no hay ni rencor, ni anivaversión, ni por supuesto deshielo, desconfort o ni siquiera (¡y quizas ea lo mejor!) desconfianza.
3º.- Que ayer, mientras en la cocina de mi esplendida casa de Claudio Coello, toda ella puesta, hasta las flores en las porcelanas, muchas, chinas y que compramos en Hong Kong y en Beiigin, hablamos banalmente pero con la mayore de las visiónes y las profundiades, de como lo hemos hecho en nuestros 55 pasados años, de vivir juntos e interpetar la vida, que solo la sabiduría de los 80' nos puede dar, percibir y aplicar, que es lo esencial.
Así pues sabemos que somos como somos, que hemos llegado a estos 82 y 85, como somos y que debemos seguir viviendo, tal cual somos, aceptandonos en la manera de lo posible y en cuyo hecho vamos a encontrar las
energías suficientes para poder seguir viviendo y muriendo cuando nos llegue el momento de ayudarnos el uno a hacerlo al otro, o si fuera el regalo de que los dos, lo pudieramos hacer a la vez.
Desde ayer, nuetra y desde luego mi vida, no va a ser la misma y la felicidad, la armonía, el amparo y sobretodo la vitalidad, comprensión y entendimiento
de mi pareja va a ser nuevamente concebida, en unos momentos en los que precisamente esto es lo que hace falta, para poder seguir vivieno, como decía hace unas líneas, con felicidad y armonía.