Yo también pido la palabra por la educación
La SAME 2017 tiene un lema que debemos procurar retener a lo largo del año para nuestro comportamiento cotidiano: “Pido la palabra por la educación”. Es cierto que únicamente seres educados, es decir “libres y responsables”, como magistralmente los define el artículo 1º de la Constitución de la UNESCO, serán capaces -en estos momentos históricos en que si no rectificamos las tendencias actuales podrían alcanzarse punto de no retorno- de adoptar las medidas adecuadas y oportunas para que nuestro legado a las generaciones venideras no sea el de una Tierra deteriorada, de una habitabilidad reducida. Educación para actuar a tiempo, para ser y no para tener. Educación para ejercer plenamente las facultades distintivas de la especie humana (pensar, imaginar anticiparse, ¡crear!) que son nuestra esperanza. Cada ser humano único capaz de inventar el mañana y demostrar que muchos imposibles hoy pueden convertirse en realidad. ¿Educación por quién? Por los progenitores, por lo